Los siete pecados capitales han sido desde el siglo VI motivo de estudio por teólogos, filósofos y pensadores de todo el mundo occidental. Artefactum ahonda en el que, sin duda alguna, es el más sabroso de todos: la gula. Tanto la comida como la bebida, esos placeres culpables, fueron motivos recurrentes en cantigas y canciones de trovadores y juglares. Recetas antiguas, guisos y asados —regados siempre con buenos caldos— conforman el menú de este banquete musical. ¡Buen provecho!
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