'Solo, continuo, obbligato'. En camino.
El Parnasillo, joven grupo navarro, encadena mágicos adagios en los que el violín y el clavecín exhiben una plena complicidad, dibujando el primero virtuosas melodías mientras el segundo establece su base armónica y se entrega, en otras, a un diálogo de igual a igual, incorporando nuevos matices a partituras escritas en su origen para tres instrumentos.