Música para laúd en la Europa de Carlos V. La intimidad del laúd en las manos del intérprete principal de este repertorio que nos visita por sexta vez. Composiciones de Diego Órtiz, Download y otros tantos.
José Miguel Moreno, laúd
CANCIÓN DEL EMPERADOR
Música para laúd en la Europa de Carlos V
E. de Valderrabano (ca. 1500-ca. 1557 ) N. Gombert (ca. 1495- ca. 1560 )
D. Pisador (S. XVI ) N. Gombert (ca. 1495-ca. 1560 )
P. Attaignant (ca. 1494 - 1552 ) - C . de Sermisy ( 1490-1562 )
P. Attaignant (ca. 1494-1552 )
A. le Roy (ca. 1520-1598 )
L. de Narváez (ca. 1500-ca. 1560. ) Josquin des Pres (ca. 1450-1521 )
D. Ortiz (ca. 1510-ca 1570 )
A . de Cabezón (1510-1566 )
John Dowland (1563-1625 )
75’
José Miguel Moreno nació en Madrid, y comienza sus estudios musicales con su padre. Durante su período de formación ganó, entre otros, el primer premio en el Incontri Chitarristici di Gargnano (Italia 1977). Se ha especializado en la interpretación histórica, siendo su repertorio muy amplio (desde el siglo XVI a principios del XX) y lo interpreta con instrumentos de época: vihuela, guitarra renacentista y barroca, laúd renacentista y barroco, tiorba y guitarra clásico-romántica, todos ellos originales o copias fidedignas. En este campo, José Miguel Moreno es unánimemente reconocido como uno de los mayores especialistas de la actualidad.
Ha actuado en los festivales y centros musicales más importantes de Europa, Australia, Asia y América: Wiener Musikverein, Festivales de Granada, Flandes, Théatre des Champs Elysées de París, Teatro Real y Auditorio de Madrid, Brisbane Biennial, Wigmore Hall de Londres, Sala Pushkin de Moscú, la Sala Glazunov de San Petersburgo, el Metropolitan Museum de Nueva York, Konzerthaus de Viena, los Festivales de Música Antigua de Brujas, Barcelona, Utrecht, Stuttgart, Innsbruck, Escorial, Nantes, Saintes, Ribeauvillé, París, Hokutopia de Tokio, Festival de Música Antigua de San Petersburgo, Praga, Riga, Tallin, etc. En casi todos los países visitados ha grabado para la radio y la televisión.
Durante años colaboró regularmente con Teresa Berganza, también realizó numerosas giras y grabaciones con Hespèrion XX (entre ellas, las Lachrimae de John Dowland, para laúd y conjunto de violas). En 1990 fundó el Ensemble La Romanesca y en 1999 el conjunto Orphénica Lyra, dedicados ambos a la interpretación de la música renacentista y barroca española y europea. Su labor pedagógica la ha desarrollado desde 1980, siendo profesor invitado de universidades, conservatorios y cursos en Europa, América y Asia. Junto a La Luthier, Lourdes Uncilla, investigó durante años la construcción histórica de los instrumentos de la familia del laúd y la guitarra.
José Miguel Moreno ha grabado para Philipps, EMI, Glossa, Deutsche Harmonia Mundi y Astrée. Desde 1992 graba en exclusiva para Glossa, sello del que es cofundador.
La práctica totalidad de su discografía ha sido distinguida con los galardones que otorga la prensa especializada (Choc de Le Monde de la Musique, Diapason d'Or, 10 de Répertoire, Editor's Choice de Gramophone, Want List de Fanfare, Premios CD Compact, Premios Ritmo, 5 estrellas de Goldberg, Premio Internacional de la Fondazione Giorgio Cini de Venecia, etc).
LOS CUARENTA PRINCIPALES DEL SIGLO XVI
Desde los años 1950, estamos muy acostumbrados a hablar de las listas de éxitos: los libros más vendidos, las películas más taquilleras, las canciones recientes más escuchadas, etc. Son listas que en realidad contribuyen a dinamizar el mercado; los interesados pueden seguir la evolución de las obras y, llegado el caso, acercarse, comprar los productos finales y contribuir de esa manera a fortalecer el negocio.
Naturalmente, en el siglo XVI no existía el fenómeno de las listas de éxitos, ni la tecnología permitía una difusión masiva de la música. Quedan en esta época más de 300 años para que las técnicas de grabación permitan reproducir la música de forma sistemática e incluso las ediciones impresas, que ya existían desde finales del siglo XV, tenían un alcance limitado. Sin embargo, precisamente la imprenta estaba empezando a crear un importante nicho de mercado. Un sector de la sociedad, formado por comerciantes y profesionales cualificados enriquecidos, demandaba métodos didácticos y obras musicales para poder entretenerse e interpretar música con diferentes instrumentos: consorts de violas, laúd, vihuela, etc. Así, se creó un repertorio de “éxitos populares” de difusión europea, en una medida que habían alcanzado anteriormente sólo algunas canciones de trovadores y troveros y los célebres organa tripla y quadrupla de Leoninus y Perotinus, de finales del siglo XII.
La sesión que nos ocupa comienza con algunos arreglos de obras vocales concebidos para vihuela por compositores españoles y editores franceses de la primera mitad del siglo XVI. Aunque muchos de ellos compusieron igualmente obras originales, este tipo de arreglos de piezas conocidas de autores contemporáneos o recientemente fallecidos constituyeron el principal reclamo para el público, difundiéndose así sobre todo las obras procedentes de la región francoflamenca. Estos maestros del Norte de Francia y Sur de Bélgica protagonizaron la Historia de la Música en los siglos XV y XVI y fueron muy solicitados en toda Europa. Entre ellos, escucharemos una chanson como Tant que vivray de Claudin de Sermisy (1490-1562), una canción que retoma la temática del amor cortés y que en su origen era una composición homofónica de gran sencillez, muy a propósito para estas reutilizaciones. También escucharemos obras de Nicholas Gombert (ca. 1495-ca. 1560), muy ligado a la Corte de Carlos V, y el gran éxito de Josquin des Prez (ca. 1450-1521), su extraordinaria chanson Mille regretz, una de las melodías más extraordinarias que se hayan compuesto y la preferida del Emperador.
Pero los editores musicales y arreglistas de los siglos XV y XVI no se limitaron a componer obras originales y arreglar obras ajenas, pues también componían variaciones sobre motivos de danza. La idea consistía en tomar la secuencia de acordes de una danza concreta con esquema regular y componer una serie de transformaciones en la melodía cada vez más complejas. En este concierto, escucharemos cuatro ejemplos característicos propuestos por Diego Ortiz (ca. 1510-ca. 1570), compositor radicado en Nápoles, en su Tratado de glosas publicado en 1553. Se trata sin duda de un testimonio impagable y puesto por escrito acerca de cómo los laudistas de los siglos XV y XVI improvisaban sobre motivos concretos de danza.
Por último, la parte final de la sesión está dedicada a un único autor: el laudista inglés John Dowland (1563-1626), ampliamente considerado como el mejor laudista europeo de su época. La vida de este compositor fue azarosa e incluyó amplios viajes por Francia e Italia, donde trabó contacto con Luca Marenzio e incluso se vio temporalmente envuelto en una serie de manejos ocultos para reimplantar el catolicismo en Inglaterra. Todo ello le impidió establecerse de manera concluyente como laudista real en la Corte británica hasta 1612; anteriormente, había trabajado a las órdenes del rey Christian IV de Dinamarca. Dentro de las numerosas publicaciones de Dowland, destacan sus canciones y danzas, publicadas a menudo en arreglos diferentes: para laúd solo, para canto y laúd y para consorts (conjuntos) de violas. La música de John Dowland, tan melancólica como la propia personalidad del compositor, (como él mismo firmaba, “Semper Dowland, Semper dolens”), fue pronto muy considerada en toda Europa y fue uno de los nuevos modelos para la música del siglo XVII, incluso mucho tiempo después de que su fama se disipara en su país. Fue éste otro fenómeno explicable gracias a la revolución de la imprenta en la música.
Xabier Armendáriz Arraiza