DIRECTOR
AURELIO SAGASETA
ÓRGANO
JULIÁN AYESA
La Capilla de Música de la Catedral de Pamplona es la institución musical más antigua de Navarra. Con orquesta propia hasta mediados del siglo XX está al frente de la parte musical de sus celebraciones litúrgicas desde hace más de 800 años.
La Capilla de Música de la catedral está compuesta en la actualidad por 35 miembros, todos ellos seglares, excepto el organista, Julián Ayesa, y el maestro de capilla, Aurelio Sagaseta, ambos canónigos de la catedral.
Tiene una media anual de 50-60 actuaciones, la mitad en el culto catedralicio y la otra mitad en conciertos.
Ha cantado en las principales catedrales y auditorios de España (San Sebastián, León, Burgos, Toledo, Santiago, Gerona, Alcalá de Henares, Granada, Mezquita de Córdoba, Sevilla...) y del extranjero (Roma, Bruselas, Luxemburgo, Estrasburgo, Londres, New York, París, Japón, Venecia, Bérgamo, Milán, Lucerna, Torun, Varsovia...); presentado en todas ellas música española y navarra en una parte del programa.
ENTRADA PROCESIONAL: CAMINO DE SANTIAGO
ANÓNIMO
(S. XII)
Dum Pater familias
(del Cod. Calixtino)
ANÓNIMO
(S. XVIII)
Quand nous partîmes de France
ANÓNIMO
(S. XV-XVI)
Pelegria naizela
ARREG. AURELIO SAGASETA
Pelegria naizela-Barkamendu galdez
EVOLUCIÓN
DEL CORAL
EN NAVARRA:
DE MELODÍA POPULAR A MÚSICA CULTA
ANÓNIMO
(S. XVI-XVII)
Misa de Urrául Alto, 2
ANÓNIMO
(S XVI)
Missa de feria a 4
MIGUEL NAVARRO
(1563-1627)
Gloria Patri, 6 v
(del Magní cat XVI)
ANDRÉS DE ESCAREGUI
(1711-1773)
¿Qué hace desnudo en la Cruz?, 4
Arch. Catedral Pamplona
CORAL LUTERANO: DE LOS ORÍGENES A J. S. BACH
CANTO GREGORIANO
Adoro te devote (melodía base)
Choral Zion Hört die Wächter singen BWV 645
J. S. BACH
(1685-1750)
Canto rmo in tenore y trío instrumental
Gloria sei dir gesun, 4 v
CANTO GREGORIANO
Visus, tactus, gustus
(del Adoro te devote)
PH. NICOLAI - J. S. BACH
Visus, tactus, gustus. Amen, 4
POPULAR
(S. XVI)
Lob Gott, ihr Christen Allzugleich
(monodia)
J. S. BACH
Lob Gott, ihr Christen Allzugleich
Órgano, BWV 609
Lob Gott, ihr Christen Allzugleich
Coral a 4 v. WBV 151
Jesu, meine freude (selección)
BWV 227
Dum Pater familias. Sirva este canto del Codex Calixtinus (s. XII) para la entrada procesional de los coros. Era el canto por excelencia de los peregrinos al divisar Santiago desde el Monte del Gozo, cada uno en su lengua (estaban naciendo las lenguas romances), por lo que la histórica melodía contiene la mayoría de las palabras en latín, más algunas expresiones sueltas en lengu ́doil, en holandés-alemán, en fin, una sugerente Torre de Babel en los inicios de Europa. La versión más antigua, la del Calixtinus, tiene un ritmo libre, gregorianizante, pero hoy hay grupos sobre todo de especialistas ingleses que prefieren dotarlo de un ritmo más marcial y rotundo, basados en que aquellos peregrinos medievales que cantaban mientras caminaban difícilmente mantendrían el “ritmo sin ritmo” del gregoriano. Ofrecemos las dos versiones, mientras entra el coro de voces blancas y luego de hombres, y un tercer coro se suma desde el coro alto de atrás, combinando los siglos y sus versiones y ritmos en latín, euskera y francés.
Kyrie de Urraúl Alto. Esta joya procedente de Urraúl (también aparece en Egüés y en Ibero todavía a comienzos del s. XX) tiene el sello de lo arcaico y popular sencillo a dos voces. No importa que contenga algunos “faltas armónicas” como quintas seguidas prohibidas en la escuela. Es mejor dejarlas como están, pues es cuestión de gustos y de épocas: en el Medievo eran habituales y no eran “faltas”, luego fueron prohibidas y así sentenciadas en Jean-Philippe Rameau (1722), y recuperadas en el s. XX en los años de Cl. debussy... Todo depende del uso que se haga de las mismas.
Kyrie de la “Misa de feria a 4”. El Archivo de Música de la Catedral de Pamplona conserva una primitiva misa prerrenacentista basada en la “Missa in feriis per annum” del antiguo Canto Llano. Junto con el “Vexilla regis” del s. XV-XVI refleja uno de los primeros intentos locales de una polifonía vertical a 4 voces creada para el culto ordinario, no solemne, de la Seo iruñense. Podría pensarse que una técnica elemental carece de expresividad, sin embargo, aún admitiendo la verdad de la sentencia popular de que muchas veces “lo más sencillo es lo más elegante”, esta primitiva música, además, resulta altamente expresiva. Se trata de acercarnos a aquel canto que resonó en nuestra Catedral, entonces recién terminada, mientras la Capilla de Música cantaba la invocación griega Kyrie eleison. Berlioz y Verdi, por ejemplo, lo dijeron más fastuosamente y hasta a gritos, mientras que aquella estética tardomedieval local expresó de otra manera, en actitud temerosa, lo que solo era una plegaria: Señor, ten piedad.
Miguel Navarro es el máximo representante del Renacimiento musical (más bien Manierista) de Navarra. En 1614 publicó en la imprenta Carlos Labayen de Pamplona toda su obra. La mayor parte de ella, todavía manuscrita, se conserva en un precioso libro de facistol de pergamino en el Archivo de Música, que en 1595 fue adquirido y pagado al Mtro. por el Cabildo. Recientemente ha sido publicada la edición crítica de su “opera omnia” por el que suscribe. Son de resaltar sus 16 Magni cat a 4 y 8 voces, algunos motetes, salmos y sobre todo su bella Salve basada en el Canto Llano. Solo nos detenemos, a nivel de muestra, en el Sicut erat nal a 7 v. de uno de sus Magni cat.
¿Qué hace desnudo en la Cruz? Es un motete en lengua vernácula que contiene un texto barroco de la época, cargado de sentencias y juego de palabras “Penar, sentir, morir, padecer. Cristo pena porque no le de pena al hombre... mirar que pena por Él”. Escaregui, natural de Eibar y educado desde niño en la Catedral de Pamplona, fue arpista y luego maestro de capilla de la misma. Le tocó vivir de cerca la ornamentación de la Sacristía de estilo Rococó y similar Biblioteca Capitular. Aunque es coetáneo de J. S. Bach, desde el punto de vista musical, su estilo es más avanzado que el del gran maestro alemán, al que ya sus propios hijos lo consideran ”viejo”. Evidentemente, hablamos de movimientos estéticos, no de calidades. Bach es la cumbre y en cierto modo es intemporal, mientras otros “avanzados” pasan. Con todo, no deja de ser reseñable que, mientras en Leipzig no entraba el estilo Galante, en una pequeña ciudad como Iruña, estaban al tanto de lo que sucedía en Italia y en Viena.
El Choral Zion Hört die Wächter singen BWV 645 pertenece a la famosa colección de seis corales Schübler WBV 645–650), compuestos por Johann Sebastian Bach unos dos años antes de su muerte de los seis el No 646 se da por perdido.
El nombre de la colección está tomado del editor Johann G. Schübler, y al menos 5 de estos corales fueron transcritos por el autor a partir de algunos movimientos de sus cantatas anteriores, como el elegido “Zion Hört” de la 140, en que el cantus rmus lo llevan los tenores.
Es una muestra del juego que da el desarrollo de un coral, desde sus orígenes hasta su culminación en las manos de Bach. En esta ocasión se he querido volver al nal a la melodía base y hasta al latín medieval de doctor Aquinense. Así se evidencia la unidad que guarda un tema musical, con un retorno a los orígenes y a la liturgia que lo generó, eso sí, incluído el “Amen”, que se suele olvidar, y que cierra el ciclo. Así fue al principio, “sicut erat in principio”, es decir, texto y contexto.
Lob Gott, ihr Christen Allzugleich, constituye otro ejemplo similar de desarrollo de un tema monódico, en este caso de Nikolaus Herman (1554), que Bach lo adapta al órgano (WBV 609) y luego el coro lo presenta a 4 voces verticales (WBV 151). El cantus rmus de la versión organística está encomendado a la voz superior, si bien admite toda clase de combinaciones, un oboe o una trompeta solista etc. Bach es el arquitecto sonoro perfecto, construye tan bien que todo encaja, incluso con un conjunto de metal y hasta de ¡saxos! (hay grabaciones).
Es como un edi cio artístico tan original y tan bien diseñado que queda bien, transmite, tanto hecho con material noble como con el humilde ladrillo.
Jesu, meine freude. Este motete es consi- derado como una de las cumbres de la música coral de todos los tiempos. No se trata ahora de ofrecer la obra entera, sino solo un muestrario. Consta de 11 números, de los que se consideran más difíciles de ejecución los dígitos pares 2, 4, 6...). Bach es capaz de armonizar el mismo canto preexistente “Jesu, meine” de Johann Franck (o sea, el tema de los números impares del motete) de varias maneras distintas, a cada cual más interesantes.
De acuerdo con la espiritualidad pietista de la época, en el No 2 Es ist nun nichts el autor exige al coro un superpiano, imitando el silencio, “nich”, la negación total al pecado y a los vicios, y siguiendo el lenguaje simbolista, mientras los corales impares conforman el travesaño vertical de la Cruz, los dígitos pares conforman el travesaño horizontal, con texto tomado de la Epístola a los Romanos. El No 3 Unter deinen alude a los rayos y truenos que acechan al alma frente al apoyo de Jesús que la protege.
En medio de los 11 números prevalece el No 6, Ihr aber seid nicht eischlich que hace de eje (“piedra angular”) de la Cruz y de todo el motete de Bach. Esta doble fuga es el punto donde convergen ambos travesaños: “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el espíritu...”
Termina el motete con el No 11, a cargo de los dos coros. El texto canta a “Jesús, mi consuelo... Huíd, espíritus de la tristeza, que mi Maestro es mi gozo y mi alegría”.
AURELIO SAGASETA. Maestro de Capilla.